UN FANTASMA Y UNA CUERDA


Yo era un rey de espadas, no era un rey de corazones
Era un tiempo sin red y había un trapecio en mi corte

En su vaivén
yo libaba la miel trasnochada de más de una doncella
Y en las alturas, borracho y con sed, brindaba por todas ellas

Ese tiempo se fue cuando en uno de esos vuelos

me encontré una mujer que me mostró desde el suelo
un refugio, un calor, una fe,
una llenura en su lecho
Y até a su lumbre mi corazón
con la cuerda del trapecio


Tuve días de sociego
Y con los pies en el suelo fabriqué alguna de mis rendiciones
haré y segué como un siervo

La magia que me ató decidió irse una mañana

-no sé si es la abundancia o es la escasez la que mata-

Debió aburrirle mi manía circular

ese vaivén entre infierno y cielo
Y aunque era cuerda,
un paraíso su pecho fue
y corto su amor eterno

Ahora habla mi fantasma

que cuelga y se balancea
Que cuelga y se balancea, como cuando decidí

... darle otro uso a esa cuerda